sábado, 5 de noviembre de 2016

SEDDOK, L'EREDE DI SATANA (1960)

A principios de 1960 se estrenaba en los cines italianos la controvertida "Los ojos sin rostro" de Georges Franju, donde un desquiciado cirujano experimentaba con mujeres a las que raptaba para salvar la piel de su hija deformada, víctima de un accidente.
Incomprendida y calificada por aquel entonces de película "repulsiva", "ridícula" o "asquerosa", se erige a día de hoy como la obra maestra del cineasta francés y goza ya de un merecido prestigio crítico, en parte gracias a la perspectiva que siempre otorga el infalible paso del tiempo.
Como era de prever, el film pronto originó centenares de variantes e imitaciones, que retomarían el concepto principal (a su vez deudor ya del mítico Dr. Frankenstein), para remover y a veces profundizar en ciertos aspectos éticos y morales desde perspectivas bien dispares.
Una de esas cintas, estrenada tan sólo 6 meses después, anticiparía casi de manera involuntaria un encantador subgénero en sí mismo, el Fumetto nero, híbrido de tantos otros y que hoy comenzaremos a abordar.
El film referido es "Seddok, l'erede di Satana", una producción italo-francesa obra de un humilde cineasta de ámbito televisivo como era Anton Giulio Majano (1909-1994), y que tuvo una modesta acogida por el público en agosto del 60, además de ser, a ojos de la crítica, un mero e insignificante ejercicio exploit del montónsin estilo, torpe y del todo irrelevante.
Sin embargo, y de nuevo por el paso del tiempo, se han descubierto factores de interés "arqueológico" en dicha película, repleta de aspectos con encanto, precursores de otros géneros (incluido el giallo) y merecedora, en opinión de los especialistas, de una -moderada- reivindicación.

Los títulos de crédito, al más puro estilo fumetto nero
La bella Jeanette, stripper de un curioso club mixto. Esta escena se calcará en la futura "Satanik"
El peculiarísimo y descarado argumento de "Seddok, l'erede di Satana" ("Seddok, el heredero del diablo" en México, pero inédita en España), se cimenta sobre 4 pilares tan famosos como reconocibles; pues diríase un híbrido de serie B entre Jekyll & Hyde, la citada obra maestra de Georges Franju, elementos de la obra de Poe y la figura de Jack el Destripador.
Si a eso le sumamos numerosas y pioneras referencias estilísticas derivadas del cómic y un ingenuo batiburrillo de conceptos noir, surge un errático pastiche listo para ser disfrutado plenamente. Así pues, tenemos en primer término a un mad doctor (Alberto Lupo, visto en "La batalla de Maratón, 1959" ) que a su vez se transforma en Seddok, un monstruo mitad hombre-mitad bestia y que se enamora perdidamente de Jeanette, una paciente que ha tratado con su nuevo suero experimental, el Derma-28, un poderoso regenerador del tejido epidérmico dañado.

El Dr. Levin con su fiel Monique y su criado Sasha  
Jeanette, ya desfigurada, acude a la peligrosa cita
El Dr. Levin admirando su suero experimental, todo un hallazgo, visto lo visto
Jeanette, la afortunada en cuestión, es una popular rubia bailarina en un club nocturno (y perdonad el eufemismo) que acaba de sufrir un accidente de coche que la ha dejado desfigurada. Al borde del suicidio y sin fuerzas para reencontrarse con su enamorado Pierre, la joven decide aceptar la invitación para el tratamiento experimental que le proponen el Dr. Levin y su excelso séquito, formado por la fiel Monique, una despechada ayudante de notables encantos, y su anormal criado sordomudo.
Por último, pero no menos importante, tenemos al poco ortodoxo equipo policial francés (el film transcurre en Marsella), con entrometido periodista incluido, encargado de esclarecer los asesinatos en un principio atribuidos a un gorila que se ha fugado del zoo (..), e incluso a un vampiro radioactivo procedente de Japón, y que son un necesario contrapunto cómico nada desdeñable.
Si además se adereza con ingeniosos inventos de ciencia-ficción (esa máquina que devuelve al Dr. Levin a su forma humana), una banda sonora estupenda compuesta por una rara mixtura de jazz y músicas propias del cine de horror gótico italiano (obra del maestro Armando Trovajoli), pequeñas dosis de erotismo, breves pero simpáticos números musicales y recursos juguetones en su puesta en escena (asesinato con cámara subjetiva marca de la casa, transformaciones en stop motion...etc), podemos afirmar que estamos ante un film menor pero con atmósfera, cargado de relevancia, inclasificable, de acentuado interés cinéfilo y sobre todo, muy inspirador. Más incluso de lo que parece.

Monique, enamorada del doctor y despechada por la llegada de la joven y apetecible stripper
Levin, en pleno cortejo fallido
El seddok asesinando en plano subjetivo
Un ejemplo muy significativo de las intenciones del film.
Por ejemplo, el precursor del género italiano denominado "Giallo", atribuido correctamente al fabuloso film de Mario Bava "La muchacha que sabía demasiado" (1961), tuvo en cierto modo a Seddok en su punto de mira, e incluso hay quien le atribuye méritos previos como el uso específico de unas determinadas gabardinas o el sombrero calado que luce Alberto Lupo en el film.
La sorprendente "Seddok, l'erede di Satana", también parece anticipar en estética y forma, como antes mencionaba, al futuro subgénero denominado "Fumetto nero" (también "fumetti neri"), literalmente "cómic negro italiano", pues se cree que el uso de la "K" en el título es el inicio de esa moda en el resto de cómics de anti-héroes llevados al cine (Kriminal, Satanik, Killing...).
Además, el primer y más famoso cómic de dicho género, Diabolik, surgiría 2 años después, compartiendo con Seddok más de un punto en común (ése cóctel de erotismo, intriga policíaca, inventos científicos, triángulos amorosos, seres monstruosos...), naciendo casi al calor de dicho film.

No se le puede negar cierto lujo de recursos e ideas más que interesantes
Jeanette, sorprendida con los resultados, en un fantástico encuadre
Puede que debido a su extraña y amorfa combinación de géneros, en cierto modo sin llegar a abordar ninguno en concreto pero tratando con descaro de picotear de todos lados, propiciase tantas críticas negativas y se le considere un film muy fallido. En mi opinión, y tras verlo con la perspectiva que considero ha de verse, creo que se trata de un film significativo, más inspirador que acertado, pero que apunta buenas ideas, además de ser un rara avis en el cine de horror del país transalpino.

Desplegada la investigación policial, asistiremos a los primeros pasitos del giallo
Una imagen promocional del film, mostrando al Seddok.
Como datos curiosos, comentar que la película sufrió diversos cortes de censura y absurdas traducciones con vistas a abrir mercado internacional. Así, se pasó a titular "Atom Age Vampire" en USA, y de 103 minutos del original, se quedó en 69 ó 72, dependiendo de la sensibilidad del canal de TV que la emitiese.
Incluso en la actualidad, parecen existir 6 duraciones diferentes, dependiendo del formato y país donde se edita. Un verdadero caos.
Pero sin duda lo más divertido y patético a la vez, es la falsa creencia de que el mismísimo Mario Bava fue productor de la cinta; y es que el verdadero responsable, el señor Elio Ippolito Mellino, escogió como alias el apañado nombre de Mario Fava, con lo que confundió a distribuidores y críticos, sin duda para tratar de vender el producto más allá de sus fronteras. Pese a conocerse la historia, según qué ediciones digitales actuales continúan ese camino (imagen de la izquierda), pues todo vale en el negocio del cine, como ya sabéis.

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