sábado, 12 de octubre de 2013

SITGES 2013 DÍA 1 : CONCIERTOS A PIANO Y AMORES DESCONCERTANTES


12:15 Arrancamos nuestro periplo cinéfilo sitgense con la tan esperada "Grand Piano", anunciada a bombo y platillo desde el pasado año y que según algunas fuentes, auguraba tensión "Hitchcockiana" en un tono "made in Spain". Una vez vista, y si bien es cierto que no se le puede reprochar nada a nivel técnico ni estético, diría que incluso anda cercano a la excelencia, el film de Eugenio Mira no brilla todo lo que podría vista su premisa, pues la idea suena genial para un corto o incluso para un mediometraje, pero finalmente no resulta lo suficientemente sólida como para sostener adecuadamente sus 90 minutos.
Después de unos títulos de crédito muy consecuentes con el propósito de la obra, casi brillantes y sobre todo inspiradores (teclas de piano sonando y creando la atmósfera idónea), comienza el film con la presentación del piano en sí, previa incluso al protagonista principal, y dejándonos claro lo importante que será durante todo el metraje.
El esfuerzo de Elijah Wood (en el que recae todo el peso de la película) para transmitir el nerviosismo e inseguridad del joven pianista antes de su gran cita es satisfactoriamente loable (lo que comprende el 1er acto), e incluso plenamente inmerso en esa situación límite donde descubre la nota amenazante en su partitura, también crea un punto de partida tenso y crítico, casi de desasosiego.
Por desgracia, poco después del meridiano del film (tras haber disfrutado unos 20 minutos de un tramo sobresaliente al comienzo del concierto), el globo aquí se desinfla, ya que se resuelve la difícil trama de una manera menos convincente de lo esperado. Una innecesaria pareja secundaria en situaciones pseudo-cómicas (creo que más memas de lo que seguro se pretendía) junto con un repetitivo ir y venir de secuencias ya de tensión difuminada, convierten su tercio final en un ejercicio mucho menos inspirado de lo que su premisa sugería.

Desconcertado tras leer la amenaza, nuestro pianista será obligado a tocar la pieza más difícil de todas para salir con vida
La participación de un John Cusack ciertamente desganado (y extrañamente desmejorado), una pérdida de interés relevante sobre la historia una vez desvelado el entuerto, excesos de música "entre actos" y un final más convencional de lo que nos gustaría (¿¿quién se sale con la suya??...) convierten a "Grand Piano" en un film decente, en parte interesante y muy bien rodado, pero que pierde mucho gas y acusa un exceso de minutos sobre una historia que precisaba menos.
Su elegancia técnica y sostenido dramatismo son sus puntos más destacables, (sin olvidar su trabajo sonoro, impecable) pero se tambalea por recurrir a un guión no siempre a la altura de las circunstancias y verse superada por su propia premisa argumental, tan inspiradora que acaba sabiendo a poco.

El equipo del film en el photo call del Festival

14:30 
La segunda película que teníamos apuntada para hoy venía avalada por el propio Ángel Sala, quien no dudó en destacarla en rueda de prensa como una de las que no se debía perder el público, siendo una obra interesante, desconcertante, a la vez que diferente. Y sin duda cumple con esa descripción resultando ser incluso más confusa que la ópera prima del aquí multifacético Shane Carruth (dirección, guión, actor, música y fotografía), quien sorprendiera a todos en un ya lejano 2004 cuando presentó Primer, con temática de viajes en el tiempo y que exigía un esfuerzo por parte del espectador para poder seguir una trama narrada de forma poco habitual según los cánones más reconocibles. Y precisamente parece que con Upstream color ha pulido lo que había demostrado, queriendo ir más allá aún con una trama narrada de forma más fragmentada, confusa y sin todas las respuestas (al menos aparentemente).
El film tiene la virtud (o defecto según se mire) de ser muy rompedor, antagonista de las historias contadas mediante un guión lineal, con continuos subrallados, sencilla y clara para todos los públicos que tanto impera en el cine comercial. Nos enfrentamos aquí con un tremendo puzzle que tras unos primeros minutos en los que nos parece que podemos encajar las piezas y vamos siguiendo la trama, no sin exigir mucha atención, empezamos a dudar poco a poco del significado de las imágenes que van desfilando ante nuestros ojos; vacilamos, nos faltan piezas y tampoco sabemos que hacer con las que tenemos en nuestras manos. Aparentemente sus imágenes inconexas circulan ante nosotros, cambian y nos va a costar retenerlas todas para ir poniendo más adelante cada una en su sitio, el guión parece que no lleva a ninguna parte y que no vamos a ser capaces de encontrar un camino en medio de esta laberíntica propuesta.

Kris en medio de su cautiverio bajo total control de un sofisticado ladrón...
El gusano invade el cuerpo y todo empieza...
A grandes trazos la película nos presenta a un ladrón que selecciona cuidadosamente a sus víctimas para hacerse con su dinero, sin embargo, utiliza un modus operandi distintivo y único, pues usa unos gusanos que segregan una sustancia tóxica y que viven en unas orquídeas azules para controlar a sus presas. De esta forma, asistimos en el primer tercio del film al secuestro de Kris (Christine Fischer), quien es obligada a ingerir uno de estos insectos, quedando a partir de ese momento a la merced de su captor, quien a lo largo de los días y mediante un extraño proceso de control, logra que ella le entregue todo el dinero que posee, dejándola abandonada y desconcertada en su casa después de recuperar el control de sí misma.

Kris y Jeff, con sus vidas destruidas intentando encontrar una respuesta...
Tiempo después y con su vida hecha un desastre, Kris conoce en el tren a Jeff (Shane Carruth), un misterioso personaje que parece tener una conexión especial con ella y que intuimos ha sido víctima del mismo ladrón. Sus vidas tomarán un sendero común a partir de entonces intentando entender qué les pasó y les sigue pasando, pues su percepción de la realidad ha cambiado, su día a día parece no tener sentido ni para ellos ni para nosotros y seguiremos su viaje en busca de respuestas, al que se sumará un cuarto personaje misterioso que compone música y también cuida cerdos, y que debe ser el vehículo para entender la conexión entre el primer tercio y el resto del film... ahí queda eso.

Un misterioso compositor que cuida cerdos puede ser la clave del film...
El visionado de Upstream color puede llegar a ser agotador y desconcertante a pesar de solo ser 90 minutos, con la sensación de llegar al final y habernos quedado sin acabar de entender nada, necesitando comentarla con los compañeros y tal vez revisionar algún punto para poder atar cabos y asegurarnos que el círculo que se cierra al final del film, cobra algún sentido a pesar de su enrevesada estructura no apta para el gran público. Impecable a nivel visual, fotografía, sonido y música, con una historia que posee un magnetismo especial, dejando un poso en la cabeza que hay que dejar madurar para poder apreciarla mejor. Solo con el paso de las horas y habiéndola reposado y pensado, al menos para un servidor, el dibujo empieza a aparecer más claro y mi valoración personal del film ha ido mejorando a pesar de mis reticencias iniciales. Una aventura cinematográfica como pocas, muy arriesgada y que seguro va a descontentar a muchos. Una elección complicada y que aconsejaría visionar en buena compañía para el posterior debate e intercambio de ideas.

18:30 
Neil Jordan en las décadas de los 80 y de los 90, ya tuvo dos interesantes incursiones en el género del fantástico. La primera con la sugerente En compañía de lobos (1984), donde supo crear una atmósfera diferenciadora alrededor del mundo de la licantropía, abordándolo desde una perspectiva distinta que la que habitualmente el cine clásico nos había mostrado. Sería 10 años más tarde cuando se encargaría de llevar a la gran pantalla la adaptación del best-seller de Anne Rice de temática vampírica, Entrevista con el vampiro (1994), en el que supo captar la esencia de la novela y el drama que puede llegar a suponer la inmortalidad para los vampiros.
Casi han pasado 2 décadas desde entonces y el cine ha cambiado mucho, hemos sufrido y no poco, las siguientes aproximaciones de best-sellers del género al cine como la inefable saga de Crepúsculo, donde tanto el mito del vampiro como el del hombre lobo se llegaron a convertir en un mero desfile de adolescentes posando y soltando frases carentes de cualquier tipo de interés, únicamente para los fans más convencidos (que los hay, y todo el respeto hacia ellos).
Afortunadamente, no todo ha sido negativo, y tenemos que destacar por ejemplo la magnífica obra sueca Déjame entrar (2008), que lograba reescribir muy acertadamente parte del mito clásico "chupasangre", creando así una obra intimista, sensible, a la vez que dura; o también la no menos perturbadora película surcoreana Thirst (2009), que rompía también con lo cánones históricos.

Clara cara a cara con el pasado...
Sin llegar a la altura de ambas, podemos decir que Byzantium es una interesante incursión en el género, en el que se puede sentir cierto paralelismo tanto en la ambientación (magnífica fotografía a cargo de Sean Bobbitt con un predominio de tonos apagados), como en el enfoque de sus personajes respecto a Entrevista con el vampiro. Otra vez aparece el vampiro torturado por el pasado, el peso de los años y oscuros secretos que le atosigan. De esta manera, la historia nos presenta a dos mujeres: Clara y Eleanor que esconden un terrible misterio a la vez que parecen huir de un pasado que las persigue allí donde van. Obligadas a dejar la ciudad donde vivían tras cometer el asesinato de uno de sus perseguidores, quedarán expuestas sin recursos en las calles de una pequeña ciudad de la costa inglesa. Será allí donde la sensual y voluptuosa Clara (Gemma Artenton), no tenga ningún escrúpulo en empezar a conseguir dinero con una de las profesiones más antiguas que existen y que ya ha ejercido en multitud de ocasiones a lo largo de sus más de 200 años de vida. Será allí donde conozca a Noel, un triste y solitario hombre que había salido a buscar un poco de "compañía". Propietario del destartalado motel  Byzantium, se convertirá a su vez en el perfecto anfitrión para ambas, esperando que su pasado no las alcance de nuevo.

Clara y Eleanor, juntas a lo largo de los siglos...
El dilema moral de ser un vampiro corroe a Eleanor desde siempre...
Uno de los puntos interesantes del film es la búsqueda de su propia identidad, rechazando así por ejemplo algo tan habitual y conocido como los colmillos de los vampiros y las consabidas escenas con mordiscos en la yugular; o la capacidad de moverse a plena luz del día, desconcertante en unos primeros momentos, pero que en nada dañan el contenido general. Para ello, se "huye" de nombrarles como vampiros puramente, sino como unas criaturas similares, dando también una explicación al origen del que podría ser el primero de su especie; así como adentrándonos en algo poco habitual como es la posible organización y objetivos que pueden mover a estos seres.
Ambos personajes principales están correctamente desarrollados, conoceremos algunos de sus secretos mediante la narración en dos lineas temporales distintas, la peculiar relación que guardan (el descubrirla con el paso de los minutos es una de sus gracias), y el mostrarnos su antagonismo en lo que supone para ambas el quitar una vida (recordando inevitablemente a Lestat y Louis), dando un peso específico a esa moralidad a lo largo del film. Buenas interpretaciones tanto en el caso de Artenton como de Saoirse Ronan dando vida a Eleanor.

Vivir o morir...
Se recupera ese tono oscuro, pausado, que ya reflejaron las anteriores películas referenciadas de Jordan, dejando de lado el uso de enormes efectos especiales, jugando con una buena ambientación ciertamente decadente y centrándose en contarnos un sencillo pero a la vez interesante relato en el que las mujeres intentan tomar un protagonismo en un mundo dominado por el hombre, que incluso dentro de la sociedad vampírica les está vetado y se castiga con la muerte.
En su contra juega un ritmo con ciertos altibajos, sobre todo al principio, en los que no queda claro a que jugamos ni hacia donde avanza la película. A pesar de ello, resulta un correcto drama con tintes románticos que sabe mantener un tono oscuro y no cae en la tentación de venderse cayendo en la ñoñería.

1 comentario:

  1. Sinceramente, a mi el experimento "Upstream Color" me dejó del todo aturdido, aburrido, cabreado y confuso, pero también bastante sorprendido y algo (poquito) fascinado. Sus imágenes sin narrativa clara, sus fogonazos y planos borrosos sumado a un sonido de hipnóticas consecuencias la convierten en un film inclasificable, escurridizo y complejísimo. Sólo por ser todo eso (que para nada es fácil), ya merece un poco de atención.
    Byzantium creo que es una versión mucho más flojita y menos inspirada que "Entrevista con el vampiro", y que comparte demasiados puntos en común con ésta. La prota (Eleanor) pone las mismas caras y expresiones dramáticas que en su debut "The Host", que era una ñoñería escandalosa y ella colabora a potenciar eso. A mi su actuación me ha sabido poco menos que a nada.

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