viernes, 17 de junio de 2011

ILSA, LA LOBA DE LAS SS (1975)

Primera de la trilogía de Ilsa (en realidad son 4, pero la última de Jesús Franco no es oficial) que sitúa a la lujuriosa protagonista en la segunda guerra mundial, dentro de un campo de concentración nazi. Basada en hechos reales (entendemos que a grandes rasgos), el film explica las tremendas atrocidades a las que el ejército alemán sometía a los presos, fueran polacos o americanos, en cualquiera de sus formas, tanto por transmisión de enfermedades y su posterior estudio como sus límites al dolor. Ilsa es la despiadada comandante de un campamento médico nazi cuyos estudios están destinados básicamente a dos hipótesis. La primera es conseguir demostrar que el sufrimiento de la mujer supera con creces el que es capaz de soportar un hombre, y lo hace de la manera más salvaje que podamos pensar, introduciéndoles objetos fálicos con descargas eléctricas, torturándolas de manera humillante o incluso azotándolas hasta morir. En el caso de los hombres es como una viuda negra, ya que tras acostarse con cada uno de ellos y nadie poder satisfacerla plenamente, actúa como Cleopatra y los castra descabelladamente. La llegada de dos grupos distintos de hombres y mujeres cambiará sus planes, ya que la aparición de una mujer con grandes cualidades para soportar el dolor y un hombre americano que sí consigue satisfacer sus deseos sexuales darán un giro a sus planteamientos, llegando incluso a bajar la guardia y sentirse vulnerable.


La película es sádico-erótica, ya que escena tras otra enseña tanta carne como luego sangre. Su alto contenido sexual hizo que se convirtiera en objeto de culto en los 70 y que su extrema crueldad y sadismo sobrepasara los gustos de la gran mayoría, que seguro los considera obscenos y de mal gusto. Como no hay penetraciones explícitas (lo demás sí lo enseña, incluso lluvias doradas) no se la consideró pornográfica, pero si contiene un alto porcentaje de sexualidad en pantalla, mostrando tríos, lesbianismo, violaciones en grupo y muchísimos senos (creo que incluso demasiados), ya que cualquier excusa vale para enseñar teta (admito que no me molestó en absoluto, de todas formas) e incluso muestra penes (algo insólito en nuestros días también, certificando nuestra carente evolución).
El personaje central de Ilsa está inspirado en una mujer real de un director nazi que se llamaba Ilse Koch y que era una despiadada reconocida, aquí encarnada (conjugación muy adecuada) por la exuberante y desmesurada Dyanne Thorne, perfecta para el papel pero sobreactuada sin remedio.
Propuesta pues, asalvajada y de alto contenido sexual que propició una serie de secuelas sin demasiadas explicaciones, ya que sitúa a Ilsa como personajes diferentes, siempre desde el juego erótico y la crueldad en pantalla. Una combinación desagradable para algunos, estimulante para otros, en los cuales me encuentro, sintiéndolo mucho.
Destacar que en el tráiler avisan que no es apta para delicados, y no puedo estar más de acuerdo.
El telón de fondo nazi se enfatiza con total desfachatez, habiendo decenas de esvásticas, cuadros del führer y muchos brazaletes nazis que garantizan una constante mofa de aquél entonces, consiguiendo un cómico equilibrio entre lo exagerado y lo atroz, poco común en el cine convencional.
Dyanne Thorne no descansa ni un segundo para enseñarnos sus monstruosos pechos, y se erige como una loba sexual incansable e insaciable, pero mortal. Rodó el film con 32 años, y aceptó un papel que muchas esquivaron, por su desfasada aglomeración de escenas calientes, o por (en el caso de otras) no querer formar parte de una filmación con lluvia dorada incluída.
Personalmente creo que es una gamberrada satisfactoria y aceptable, que encarriló más capítulos por su buena aceptación. Por algo sería, ¿verdad?... allá vosotros.

2 comentarios:

  1. Esta vez te has superado, no sé de donde sacas alguna de las que vamos colgando en el blog, pero esta entra entre las rarezas más esperpénticas que colgaremos nunca... aunque sé que con el tiempo pondrás alguna incluso peor... que nos conocemos.

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  2. Hay que potenciar el género erótico salpicado de sadismo, y si es nazi, pues mejor....de hecho, tengo en mente ver las otras 3, porque me ha cautivado tanto Ilsa que necesito másssss

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