miércoles, 15 de febrero de 2017

GODZILLA VS DESTOROYAH (1995)

A pesar de funcionar bien en taquilla, Godzilla vs SpaceGodzilla (1994) fue un engendro para olvidar, por lo que la Toho decidió acabar con Godzilla “ahora que aún es una estrella”.
El motivo real fue que por fin iban a ceder los derechos de Godzilla para la tristemente famosa versión americana perpetrada por Roland Emmerich. Por lo que la Toho iba a vender su episodio final del saurio radiactivo con una premisa abrumadora e imbatible a nivel publicitario: La muerte de Godzilla.
22 entregas y el saurio (a excepción de Japón bajo el terror del monstruo (1954)) aún no había encontrado la horma de su zapato, capaz de acabar con él, por lo que tan inaudito suceso se vendió como si de la muerte de todo un superhéroe se tratara (en la línea de La muerte de Superman). Anunciar la muerte del saurio no era suficiente, había que realizar la entrega definitiva de Godzilla, conseguir un final explosivo.
Se volvió a llamar a Takao Okawara (responsable del exitazo de Godzilla contra Mothra) a la dirección, Akira Ifukube volvió a encargarse de la banda sonora y el guión, de nuevo obra de Kazuki Omori, aparte de rompedor, iba a conectar maravillosamente con Japón bajo el terror del monstruo, cerrando un ciclo de 41 años de manera potente y muy emocional.
Godzilla vs Destoroyah llegó a las pantallas japonesas, si bien el resultado final distó de ser la entrega definitiva de Godzilla, sí que se convirtió en un episodio notable, emocionante y con una media hora inicial abrumadora. Godzilla vs Destoroyah inició, casi sin quererlo, la renovación que el Kaiju eiga sufriría con la rompedora trilogía de Gamera.
Para esta entrega se volvió a recuperar la línea de modernidad, propuestas rupturistas e influencia americana dejada por Godzilla contra King Guidorah (1991). Aquí el ritmo es constante y se respira durante todo el metraje una sensación de final de ciclo muy conseguido.
El primer tercio del film es magnífico, ya que dispara sin cesar una serie de ideas imbatibles y de gran interés: Godzilla convertido en una bomba nuclear andante y a punto de estallar en cualquier momento (supurando lava incandescente de su cuerpo); la reaparición 40 años después de Japón bajo el terror del monstruo de Momoko Kochi interpretando de nuevo a la hija del Dr. Yamane; la posibilidad de volver a usar una especie de Destructor de Oxígeno como en 1954; una criatura extraña que aparece de entre el terreno destrozado por dicho Destructor al final del primer Godzilla… Una serie de conceptos de gran interés y que logran crearte una expectativa enorme por cómo se va a desarrollar el film.
Desgraciadamente, dichos conceptos no se profundizan mucho más pasada dicha media hora inicial. Momoko Kochi no vuelve a aparecer, no se menciona mucho más al Profesor Serizawa y su Destructor de Oxígeno y el film comienza a recorrer terrenos mucho más transitados a pesar de que el resultado final acabe siendo muy entretenido y destacable, pero no lo que prometía tras tan rompedor inicio.

Godzilla convertido en un reactor nuclear a punto de estallar
Reaparece Emiko, la hija del Dr. Yamane del original Godzilla de 1954
Destoroyah, en versión voladora
Baby Godzilla está ya hecho un hombrecito

La batalla final llega a niveles épicos
La muerte de Godzilla
El enemigo en esta ocasión, Destoroyah, es muy atractivo. Una criatura nacida del Destructor de Oxígeno (arma que logró acabar con el primer Godzilla en 1954) y que tiene las mismas capacidades destructoras. Una criatura que pasa por diferentes estados: de criatura insectoide de 4 metros, a una versión descomunal de 30, a otra con capacidades voladoras, hasta llegar finalmente a la gigantesca criatura alada de la batalla final.
El diseño de Destoroyah recoge influencias más orgánicas y monstruosas propias del cine monstruoso de la época, así resulta ser una mezcla entre un insecto gigante cruzado con la Reina Alien y la cara de Predator.
Dichas influencias no se acaban ahí, ya que el primer encontronazo de las pequeñas criaturas con los militares en plena fábrica tiene mucho del ataque a los marines de Aliens (1986). La lástima es que el problema con Godzilla lo acapara todo en esta entrega y eso deja poco espacio de tiempo a desarrollar y profundizar en Destoroyah.
Baby Godzilla aparece mucho más crecido pero esta vez sin el ridículo aspecto de Godzilla vs SpaceGodzilla (1994), sino convertido en una versión reducida de su padre. Los efectos especiales son algo dispares y a pesar de que hay momentos muy conseguidos a nivel técnico y pirotécnico otros planos no funcionan igual de bien. Los monstruos en algunos momentos son demasiado puppets y Destoroyah (quizás debido a su complicado diseño) no acaba de funcionar del todo a nivel de movimientos y matte shots, al igual que la versión final de la criatura, demasiado estática.
A pesar de todo esto, se consiguen momentos excelentes como cuando las pequeñas criaturas Destoroyah empiezan a atacar a Godzilla (momento que luego fue imitado en Gamera 2: El ataque de Legión (1996)).
El diseño de Godzilla es muy llamativo, con partes de su cuerpo de color rojo/lava incandescente, diseño que luego se repitió en parte en la reformulación del personaje en Shin Godzilla (2016) y que parece fijarse en una de las ideas originales de Ishiro Honda para el primer Godzilla de 1954, en donde inicialmente el cuerpo del personaje iba a estar lleno de cicatrices provocadas por la bomba atómica.
El peligro de Godzilla es doble, ya que no solamente supone la amenaza habitual destructora del personaje, sino que llegado a una temperatura límite, Godzilla se derretirá llevándose al planeta por delante, así que es de vital importancia un plan urgente para solucionar el entuerto.
Las batallas están muy conseguidas ya que llegan a un nivel de crueldad y emoción a partes iguales. Baby Godzilla acaba recibiendo "tullinas" por todos lados hasta llegar a su triste muerte. Y la batalla final con Godzilla al límite de sus capacidades, derritiéndose, con explosiones y fuego por doquier, alcanza límites épicos. Hasta llegar al momento culminante del film, que es la muerte de Godzilla, y en este sentido es una escena excelente donde se rinde homenaje a una criatura y personaje legendarios, tal y como se merece. Akira Ifukube, de nuevo a la saga (y volviendo a realizar un trabajo excelente en la banda sonora), compuso un tema para la ocasión llamado Réquiem y de resultado bellísimo; de hecho Ifukube lo compuso imaginándose su propia muerte. Un final triste pero emocionante.

Un momento del rodaje
Godzilla vs Destoroyah (1995) es un film con propuestas excelentes donde desgraciadamente la historia acaba derivando en las mismas batallas monstruosas de siempre. Pese a esto, el film es muy entretenido y competente, y uno clave en la saga por contener la muerte de su personaje principal. La cinta, como no, tuvo un resultado excelente en taquilla con 4 millones de espectadores en Japón. Un final a lo grande.
Algunas curiosidades: Toho mantuvo en secreto absoluto el desarrollo de este film. El primer guión que se escribió del proyecto se titulaba Godzilla versus Godzilla, en donde el fantasma del Godzilla original de 1954 se materializaba 40 años más tarde y se enfrentaba al Godzilla de la Serie Heisei.

"Arigatou, Gojira..."

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