lunes, 28 de julio de 2014

UPSTREAM COLOR (2013)


La película que comento hoy, a pesar de haber sido estrenada en los cines, tiene complicado atraer al gran público y menos aun de satisfacer a muchos de ellos, al tratarse de una propuesta complicada y desconcertante, pero interesante a la vez que diferente.  Y sin duda cumple con esa descripción resultando ser incluso más confusa que la ópera prima del aquí multifacético Shane Carruth (dirección, guión, actor, música y fotografía), quien ya sorprendiera a todos en un ya lejano 2004 cuando presentó Primer, de temática de viajes en el tiempo y que exigía un esfuerzo por parte del espectador para poder seguir una trama narrada de forma poco habitual según los cánones habituales. Y precisamente parece que con Upstream color ha pulido lo que había demostrado, queriendo ir más allá aún con una trama narrada de forma fragmentada, confusa y sin todas las respuestas (al menos aparentemente). El film tiene la virtud (o defecto según se mire) de ser muy rompedor, antagonista de las historias contadas mediante un guión lineal, con continuos subrrallados, sencilla y clara para todos los públicos que tanto impera en el cine comercial. Nos enfrentamos aquí con un tremendo puzzle que tras unos primeros minutos en los que nos parece que podemos encajar las piezas y vamos siguiendo la trama, no sin exigir mucha atención, empezamos a dudar poco a poco del significado de las imágenes que van desfilando ante nuestros ojos, vacilamos, nos faltan piezas y tampoco sabemos que hacer con las que tenemos en nuestras manos. Las imágenes inconexas, aparentemente, circulan ante nosotros, cambian y nos va a costar retenerlas todas para ir poniendo más adelante cada una en su sitio, el guión parece que no lleva a ninguna parte y que no vamos a ser capaces de encontrar un camino en medio de esta laberíntica propuesta.

Kris en medio de su cautiverio bajo total control de un sofisticado ladrón...
El gusano invade el cuerpo y todo empieza...
A grandes trazos la película nos presenta a un ladrón que selecciona cuidadosamente a sus víctimas para hacerse con su dinero, sin embargo utiliza un modus operanti distintivo y único, pues usa unos gusanos que segregan una sustancia tóxica y que viven en unas orquideas azules para controlar a sus presas. De esta forma asistimos en el primer tercio del film al secuestro de Kris (Christine Fischer), quien es obligada a ingerir uno de estos insectos, quedando a partir de ese momento a la merced de su captor, quien a lo largo de los días y mediante un extraño proceso de control, logra que ella le entregue todo el dinero que posee, dejándola abandonada y desconcertada en su casa después de recuperar el control de sí misma.

Kris y Jeff, con sus vidas destruidas intentando encontrar una respuesta...
Tiempo después y con su vida hecha un desastre, Kris conoce en el tren a Jeff (Shane Carruth), un misterioso personaje que parece tener una conexión especial con ella y que intuimos que ha sido víctima del mismo ladrón. Sus vidas tomarán un sendero común a partir de entonces intentando entender que les pasó y les sigue pasando, pues su percepción de la realidad ha cambiado, su día a día parece no tener sentido ni para ellos ni para nosotros y seguiremos su viaje en busca de respuestas, al que se sumará un cuarto personaje misterioso que compone música y también cuida cerdos, y que debe ser el vehículo para entender la conexión entre el primer tercio y el resto del film... ahí queda eso.

Un misterioso compositor que cuida cerdos puede ser la clave de la película...
El visionado de Upstream color puede llegar a ser agotador y desconcertante a pesar de solo ser 90 minutos, con la sensación de llegar al final y habernos quedado sin acabar de entender, necesitando comentarla con los compañeros y tal vez revisionar algún punto para poder atar cabos y asegurarnos que el círculo que se cierra al final del film cobra sentido a pesar de su enrevesada estructura no apta para gran parte del público. Impecable a nivel visual, fotografía, sonido y música, con una historia que posee un magnetismo especial, dejando un poso en la cabeza que hay que dejar madurar para poder apreciar mejor. Solo con el paso de las horas y habiéndola reposado y pensado, al menos para un servidor, el dibujo empieza a aparecer más claro y mi valoración personal ha ido mejorando a pesar de mis reticencias iniciales. Una aventura cinematográfica como pocas hay, arriesgada y que seguro va a descontentar a muchos. Una elección complicada y que aconsejaría visionar en buena compañía para el posterior debate e intercambio de ideas.

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