sábado, 23 de noviembre de 2013

SITGES 2013 DÍA 8 : ISRAEL, CANADÁ E INGLATERRA MARCAN LA JORNADA

10:30 Una programación tan extensa como es la de Sitges, siempre viene cargada con estrenos que nadie se quiere perder, como han sido Grand piano, Only god forgives o Captain Harlock; pasando luego por otras con menos caras conocidas pero igualmente avaladas por su pase en previos festivales o por la crítica, y por último podríamos tener nuestras apuestas personales de cada año. Films que aparecen estrategicamente en una franja horaria que nos cuadra y cuya breve sinopsis nos llama la atención a pesar de no tener más información con la que contrastar nuestra intuición. Este ha sido el caso con The machine con el que arrancaba mi 8º día de festival, y puedo decir que ha resultado una propuesta mejor incluso de lo esperado.
La película nos sitúa en un futuro distópico en el que se vive una nueva Guerra Fría, esta vez entre Inglaterra y China, que está llevando a la humanidad al borde del colapso. Ambos bandos están usando todos sus recursos para acabar con su rival y así poner fin a la guerra. El Ministerio de Defensa inglés está destinando un gran presupuesto a las investigaciones lideradas por el experto científico en robótica Vincent McCarthy, quien debe desarrollar un ordenador que pueda emular a un humano para ser el cerebro de un androide destinado a eliminar la cúpula política china. Pero todo cambiará a partir del momento en que cree la simulación de una bella mujer que puede haber sobrepasado todas sus expectativas, al demostrar algo más allá de la simple inteligencia.

El Dr. McCarthy frente a su creación...
A pesar de que en nuestra sociedad actual disfrutamos de avanzados equipos electrónicos, parece quedar muy lejos lograr crear una verdadera inteligencia aritficial con la que poder vernos minimamente reflejados. The machine nos presenta un futuro donde se alcanza este momento, y por supuesto plantea entonces varios problemas morales y éticos derivados de la aparición de esta nueva conciencia.
Con una clara influencia de una obra capital como es Blade runner, donde los replicantes querían romper el vínculo con sus amos humanos y tener su propia vida; aquí veremos a los primeros humanos semi-robóticos, soldados con graves heridas cerebrales y a los que se les inserta implantes o prótesis para testear los avances derivados de las investigaciones del equipo científico. Como pasara en la película de Ridley Scott, estos "conejillos de indias" están a la merced de sus superiores y sin ningún derecho más allá del de servir a sus fines si no quieren perder esos implantes que les permiten seguir con vida. El doctor Vincent McCarthy deberá jugar siempre al límite para satisfacer por un lado a sus superiores, ávidos de crear e introducir un robot en China para destruir la cúpula del Gobierno, y por otro de ser consecuente con sus convicciones, interés científico y ese reconocimiento de humanidad que tiene cada vez que se encuentra cara a cara con sus diferentes creaciones. En este sentido el film logra crear situaciones y diálogos que cuestionan una y otra vez el posible dilema moral al que se enfrenta McCarthy.

Entrenando la que debe ser una arma perfecta...
¿Hay algo más que pura inteligencia detrás de Ava?
La primera parte de la película sirve primero para situarnos en ese oscuro y desesperanzador futuro, donde la depresión económica, la tensión constante de guerra fría y la inseguridad han alcanzado cotas dificilmente imaginables, y en segundo lugar para hacernos partícipes de todo el desarrollo de los distintos tests para valoración de inteligencia artificial a la que son sometidos los distintos prototipos, dedicándole un buen tiempo a la parte puramente científica, que a la postre consigue crear un halo de verosimilitud mayor que en otras obras de ciencia ficción coetáneas. Es en estos minutos donde somos testigos de interesantes preguntas, la toma de conciencia y desarrollo de la personalidad del robot, viendo un trasfondo humano con el que no contaban, y que abre muchas nuevas posibilidades y por supuesto responsabilidades.
Otro posible referente podría ser la saga de Terminator, de la que toma la idea de infiltrar un androide con aspecto y comportamiento humano entre las lineas enemigas y así acabar con el líder del otro bando. En este sentido, la segunda mitad se centra más en la parte militar y de entreno para lograr alcanzar la sofistificación asesina digna de uno de los androides enviados por Skynet desde el futuro para acabar con Sarah y John Connor. Toda la acción, violencia y tensión contenidas hasta entonces, tendrán su importante protagonismo, satisfaciendo también al público que esperaba ansioso su momento.
Vincent enfrentando un dilema moral
Los efectos especiales no son el punto clave del film, pero como no puede ser de otra manera hoy en día, cumplen sobradamente con lo que se puede pedir a una obra de ciencia ficción, destacando los usados para la piel del robot, ciertos implantes o en las escenas de acción. Su presencia es más bien puntual, pero siempre muy correctos.
Otro aspecto que suele ser muy importante es la música, en esta ocasión, marcada por piezas electrónicas bien elegidas para acompañar a las imágenes y conseguir crear un clima tenso y oscuro.
A nivel personal, en conjunto la he disfrutado de principio a fin, pero principalmente los momentos en los que entra en juego esa parte filosófica que cuestiona que nos hace personas, en que nos diferenciamos de una máquina que piensa y siente, y si eso nos confiere algún derecho por encima de ellas. Muchas preguntas y diálogos desde el nacimiento del robot (de nombre Ava), y cuando hablo de nacimiento del robot lo digo como tal, pues como un niño inocente irá aprendiendo de cuanto le rodea, del comportamiento humano, del bien o del mal, y deberá plantearse sus respuestas a todos estos estímulos y dudas que se le plantean, como cuando pregunta a su creador: "A parte de su carne, ¿que los hace diferentes de mí?".
Asimismo es interesante el percibir el miedo de algunos humanos ante lo que sospechan que tienen ante ellos, como si de un nuevo paso evolutivo se tratara, Thompson (el responsable de defensa al cargo del proyecto), no puede ser más esclarecedor al comentar asustado que: "estos robots más inteligentes que nosotros podrán crear otros robots mejorados en el futuro, y la historia ha demostrado que siempre gana el tecnológicamente superior", o cuando Ava le comente que "Ellos son parte del nuevo mundo, tú del viejo". Dejando claro que puede haber llegado el fin del dominio humano. Que se ahonde en estas y otras interesante cuestiones, hacen que The machine supere a otras producciones de género de mayor presupuesto pero normalmente huecas. Una interesante propuesta que muy posiblemente no tendrá distribución comercial en los cines, a diferencia de auténticos bodrios como la pobrísima Elysium o After Earth, dos despropósitos de la ciencia ficción que hemos tenido que sufrir en los últimos meses.

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