jueves, 1 de noviembre de 2012

FESTIVAL DE SITGES 2012 (9º DIA)

10:00h. El arranque de este viernes nos citaba a primera hora de la mañana con la producción catalana El bosc, una película que a tenor del tráiler que habíamos podido ver antes de empezar el Festival, dejaba muchas dudas acerca de lo que podía llegar a dar de sí, por lo que era una auténtica apuesta a cara o cruz.
El bosc nos sitúa en el año 1936 en la comarca del Matarraña, en el Bajo Aragón, donde habita una familia que esconde un secreto desde hace generaciones. En un pequeño bosquecillo en medio de sus tierras de cultivo aparecen unas extrañas y misteriosas luces dos noches al año (San Blas y Sant Llorenç). Y según cuenta la leyenda, en realidad se trata de un portal que conduce a otro mundo del que nadie ha vuelto jamás, por lo que desde bien pequeños se les ha enseñado a alejarse de allí las noches que aparecen y a saber guardar el secreto de su existencia.
Con el estallido de la Guerra Civil, Ramón, el amo de la casa más importante del pueblo, se verá obligado a huir a la montaña por la inminente llegada de los anarquistas que han tomado el pueblo y andan en busca de todos los terratenientes y gente pudiente de la zona. Ante el cerco al que es sometido, tendrá que elegir si se adentra o no en las misteriosas luces para poder escapar con vida, aunque para ello tenga que dejar completamente sola a su mujer Dora, a cargo de la tierras y de su pequeña hija.
La película está basada en el cuento Les edats d’or (2001), del escritor Albert Sánchez Piñol, quien también es el encargado del guión en la adaptación cinematográfica que dirige Óscar Aibar, responsable entre otras de El gran Vázquez (2010) o Platillos volantes (2003).
El escenario de fondo del film es La Guerra Civil Española, un tema muy recurrente por nuestros cineastas a lo largo de la historia, y que ha sido abordado desde todos los frentes posibles, por lo que tenía ante sí el reto de ofrecer algún signo distintivo entre tantos otros títulos.
Así, de igual forma que en su momento hicieran El espinazo del diablo (2001), El laberinto del Fauno (2006) o Insensibles (2012), que pudimos ver en los primeros días del Festival, se adentra dentro del género del fantástico, aunque aquí quizás solo unas leves pinceladas que le confieren un toque diferenciador a la vez que interesante y misterioso, a una historia que también retrata un tema poco conocido y explotado en el cine como fue la participación de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil.

Dora y Ramón defendiendo su propiedad...
La historia, para variar, no busca posicionarse del lado de ninguno de los bandos que participaron en la Guerra Civil, alejándose de esta forma de partidismos o ideologías que en la mayoría de títulos son el eje sobre el que giran las distintas propuestas.
Nos encontramos con un retrato de una familia que como tantas otras en España sufrieron las penurias de lo que significó el Levantamiento Nacional. No solo por la lucha encarnizada en el frente en lo que sería un enfrentamiento militar puro, sino algo mucho más triste como fueron las barbaridades cometidas entre hermanos, con los que hasta entonces habían sido sus vecinos de toda la vida, y que aprovecharon el poder que dan las armas y una pretendida autoridad (en este caso con la llegada de los anarquistas), para vengar viejas rencillas, aprovecharse de los menos favorecidos o safisfacer frustaciones derivadas por pura envidia. Esta es la lucha del día a día por la supervivencia de una mujer, que se encuentra sola en un violento mundo de hombres, que la obligará en muchos momentos a afrontar actos que van en contra de sus principios con tal de poder sacar adelante a su familia.
Personalmente me ha gustado el enfoque narrativo del film, desarrollando la historia principal a lo largo de los años del conflicto armado y los cambios que la población de la zona debía afrontar para sobrevivir, pero siempre con ese toque fantástico de fondo que le confiere la historia de las luces y que no deja de sorprendernos a lo largo del metraje con algunas situaciones inesperadas e incluso chocantes por su atípica situación temporal.

Ante las extrañas luces que llevan hacia otro mundo...
Otro punto destacable es una gran labor por parte de un reparto en el que destaca el trabajo de Maria Molins, dando vida a Dora, una actriz habitual dentro de la escenografía teatral catalana, la siempre inquietante presencia de Àlex Brendemuhl (quien también protagoniza Insensibles) en el papel de Ramón o de Pere Ponce como el "Coixo". Todos ellos logran que su trabajo se vea recompensado al quedar bien definidos sus personajes, tanto las personalidades, motivaciones como la evolución que sufren a lo largo de los años. Y otro tanto a su favor sería el uso del matarrañí, dialecto hablado en esa zona, y que le dan un toque muy personal y auténtico al film.
Todo ello ha hecho que mi apreciación general haya sido muy positiva, saliendo del cine con la sensación de haber disfrutado de una buena historia sin muchas pretensiones, contada con buen gusto. Sin embargo, creo que parte del público puede llegar a percibir de una cierta lentitud en su ritmo narrativo, y que esto pueda generar cierto rechazo hacia la obra, aunque ese ritmo sosegado pienso que trasmite el lento día a día y potencia la sensación de desasosiego de algunos momentos el film. Otro punto que quizás no guste a todo el mundo, sea que el toque fantástico ocupa una parte muy pequeña de la trama, habiendo preferido que tomara más presencia a lo largo de su metraje. Sea como sea, considero que es una película interesante, entretenida y que no defrauda en absoluto.



12:20h. En los últimos meses hemos sido testigos de la desbordante campaña promocional que Hotel Transilvania ha gozado en nuestras tierras (anuncios hasta aburrir en TV, pegatinas en los cereales o incluso regalando globos en ciertas hamburgueserías de renombre), provocando concienzudamente que los niños coaccionen a sus padres y les "obligen" a ir a ver el film en cuestión a base de pataletas. Tampoco podemos negar que la película emana un aroma cinéfilo de lo más sugerente para el adulto, que ve como los grandes mitos del cine de terror de siempre (desde el hombre invisible, la momia o el hombre lobo hasta el mísmisimo Conde Drácula) se dan cita aquí para compartir pantalla, siendo indudablemente un reclamo fantástico. Pese a eso, y lamentándolo mucho, la experiencia de su visionado nos ha parecido más un espejismo que una realidad, ya que la idea previa en nuestra mente superará al resultado final y eso nunca es una buena noticia, se mire como se mire.
La historia nos presenta a un Drácula excesivamente protector (doblado con esmero por Santiago Segura) que vive en un castillo con su hija, una adolescente llamada Mavis. Ésta, que celebrará en breve su mayoría de edad vampírica (118 años), le pide de nuevo a su padre el poder salir a ver el exterior, pese a los peligros que Drácula siempre le ha explicado que existen (aquí, los humanos suponen la mayor de las amenazas, como era de suponer). Drácula "permitirá" que Mavis salga al exterior, pero hará lo imposible para controlar la situación (excelente secuencia la del pueblo de zombies, tal vez la mejor del film).
Por otro lado, y como regalo de cumpleaños, Drácula decide abrir el palacio bajo el nombre de "Hotel Transilvania" para así invitar a todos y cada uno de sus "amistades" a una gran fiesta dada la ocasión. Entre ellos estarán Frankenstein y su inaguantable mujer (un guiño no tan divertido como podría haber sido), el hombre lobo y su prole (con el acento andaluz más provincial posible...), el hombre invisible o la momia (un personaje muy poco disfrutable) entre muchos otros, que irán presentándose uno a uno en una extenuante consecución de mareantes imágenes tridimensionales que más que fascinarnos, nos acaba por molestar.



Lo que nadie se espera en esa terrorífica fiesta de cumpleaños es la presencia de un insufrible humano (tan solo divertido en su diseño), que ha llegado allí siguiendo a unos zombies y que dará la réplica argumental para, además, enamorar a la insoportable Mavis (ella es la que sufre el peor doblaje del film, que ya es decir!!).
Como ya viene siendo costumbre en la actualidad -sin ánimo alguno de restar méritos a sus realizadores-, el aspecto técnico de Hotel Transilvania resulta de nuevo indiscutible, llegando a una calidad altísima del dibujo y a una factura bellísima que, sin sorprender realmente en nada, sigue siendo perfectamente disfrutable.
Si bien es cierto que tras su estrafalario envoltorio se esconde un claro mensaje sobre los prejuicios del ser humano (resulta tan evidente que pierde trascendencia), el film pretende ser una comedia en todo momento, poniendo empeño a cada minuto que pasa, pero mostrando una incapacidad evidente en su grupo de guionistas, que acuden al estereotipo de "gracieta al uso" mil veces usada cada vez que faltan ideas (hay muchos chistes o bromas tan vistas que ya irritan).


No ayuda tampoco el uso supuestamente cómico de los acentos (nos encontraremos de todo, cubanos, argentinos, andaluces, catalanes....incluso Drácula habla con un deje rumano), ni la desafortunada colección de vociferaciones que predominan (y saturan) el bienintencionado film, pero no perdonaremos que no sea apenas graciosa y que su cometido sea "embelesar" a unos boquiabiertos niños a los que, seguramente, les entusiasme.
El apabullamiento de criaturas que contiene el film nos dispersará las neuronas y provocará cierta confusión en el espectador, que acabará por inquietarse al no saber donde mirar.


El alarde descomunal de efectos desplegado en el film se transformará en dolor de cabeza cuando superamos los 70 minutos aproximadamente, (que hubiesen sido suficientes para terminarlo todo). Así pues, sus últimos 25 minutos se hacen muy cuesta arriba y cualquier adulto sobrio sufrirá y pedirá la hora para que todo termine. Para acabar, me gustaría destacar sus pésimos títulos de crédito finales, que los definiría con una sola y apropiada palabra: espantosos.
En fin, un irregular film de animación estadounidense que se puede hacer dificilmente soportable para el adulto pero que funcionará perfectamente con los niños, ávidos ellos de ruidosas montañas rusas de efectos y gritos.


14:20h. Dentro del circuito NeoCulte Focus en el renovado Brigaddon de Sitges 2012 nos vimos de nuevo irremediablemente atraídos por un film de auténtico culto, y agradecemos desde aquí la gran oportunidad de poder revivirla (nunca mejor dicho) en una proyección en su versión original (esta vez sí, subtitulada) aunque haya sido en "petit comité".
Don O'Bannon, fallecido en 2009, no pudo presumir en vida de haber sido portada de revistas de cine, y ni tan siquiera de que su nombre llegara a sonar fuera de los círculos internos del mal llamado "business", pero una cosa si que es cierta, fue uno de los más importantes artífices del fantástico de Hollywood en los últimos 30 años.
Él firmó los guiones de films tan míticos como "Dark Star" (con la que, apenas cumplidas sus 28 primaveras, co-escribió con John Carpenter en 1974), la soberbia "Alien, el Octavo pasajero" (Alien, 1979) o la fabulosa "Desafio Total" (Total Recall, 1990), entre una decena de reconocidas obras.
Lanzado pues a cosechar más éxitos, y como todo buen escritor de películas suele hacer tarde o temprano, también se puso manos a la obra para dirigir sus propios proyectos, estrenándose con una comedia zombie (zombedy) considerada ya de culto por los amantes del subgénero más putrefacto del cine.
"El regreso de los muertos vivientes" (The return of the living dead, 1985) obviamente tiene como referencia principal la obra maestra del afamado George A.Romero "La noche de los muertos vivientes" (Night of the living dead, 1968), llevándolo todo a la parodia de un modo totalmente novedoso y muy gamberro.
El simpático film de O'Bannon arranca presentándonos a Frank (entrañable James Karen), un trabajador de un almacen de productos sanitarios que está enseñando a su nuevo aprendiz Freddy las tareas del mismo.
Charlando tras terminar su turno, Frank le explica a su impresionable pupilo que los sucesos acaecidos en la famosa película de Romero son reales, y que allí mismo, en el sótano de la empresa, tiene la prueba de ello.
Fascinado, Freddy acompaña a su jefe a los subterráneos del lugar para descubrir que allí hay todavía guardado en un barril (como tiene que ser...), un zombie junto con el extraño gas que los devuelve a la vida.
De manera accidental, el peculiar recipiente se les abrirá y tanto el zombificado ser como el gas allí guardado se liberarán, alcanzando además un cementerio cercano (me encantan estas coincidencias) y despertando a los cientos de muertos que allí descansaban aparentemente en paz.....


Al mismo tiempo, un grupo de jóvenes gamberros organizaba una extraña fiesta en ese cementerio y serán testigos de excepción de ese inesperado acoso zombie, viéndose peligrosamente atrapados entre una verdadera legión de no-muertos hambrientos de cerebros (imborrable la escena donde piden "more cops...!!" por radio).
Ya va siendo hora de alzar este film al Olimpo de las comedias y reivindicarla como la mejor "zombedy" de todos los tiempos (y quizás la primera), ya que conjuga varios factores con impecable habilidad: humor inteligente, grandes efectos visuales, provoca un festival autoparódico sin igual (usando incluso los clichés a su favor) y con un reparto totalmente cómplice, resultando todo un acierto.


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La idea de que la propagación gaseosa sea la culpable para resucitar tamaño despliegue zombie (tras tratar de incinerar a uno de ellos, el humo afecta a todo y a todos) es absolutamente genial, y todas las consecuencias de la misma no tienen desperdicio, incluso en sus partes menos "coherentes".

Su sentido del ritmo, la capacidad de reírse de sí misma y de los géneros de los que se nutre es simplemente fantástica, y si somos capaces de entrar en sintonía con este grupito de personas en esta divertida travesía de ultratumba, no habrá vuelta atrás, saldremos convencidos de su propuesta, entusiasmándonos con el resultado y las extraordinarias sensaciones que ofrece. Diversión, acción, sangre e incluso desnudos (increíble striptease por parte de la escultural Linnea Quigley) convierten el film de O'Bannon en su película más personal (firma, filma e incluso participa en él) y dio lugar a un segundo proyecto en 1992 con la desconocidísima "The resurrected", aún inédita en mi retina, y que se limitó tan sólo a dirigirla (aunque cueste pensar que no interviniese en su escritura).
Como punto menos entusiasta dentro de mi sugerencia podría destacar la necesidad (o amor) por dicho género a la hora de enfrentarse a él, ya que sino, muy probablemente nos lleve a un mundo donde no queremos estar, y es que no a todo el mundo le gusta bromear con muertos vivientes aunque parezca mentira.
Por cierto, provocó 4 secuelas que, con tiempo, ganas y esfuerzo, trataremos de analizar, aunque sea por ver cómo empeora la cosa....



19:00h. Atraídos por la a priori interesante premisa que sobre el papel ofrecía The ABCs of Death, nos habíamos citado en el Auditori para ver que daba de sí y con muchas ganas de pasarlo en grande. En general, la gente con la que había hablado esperaba bastante de ella, ya que ¿no os parece una  notable idea proponer a 26 directores diferentes que crearan un corto cada uno a partir de una letra del abecedario asignada, con el único prerequisito de que su argumento estuviera estrechamente ligado con el tema de la muerte, con una duración entre 2 y 5 minutos, con total libertad técnica y creativa?
El tema de la muerte siempre es atractivo y la irreverencia y trasgresión que transpiraba el proyecto, se hizo bien patente desde el momento que subieron a presentarla varios de los directores responsables del film, dejando entrever lo bien que se lo habían pasado en general desarrollando su corto particular, otros quejándose de la mala fortuna de haberles sido adjudicada una letra con pocas posibilidades ¿una forma de muerte con "Q"? Complicado, es cierto...
Me chocaron las declaraciones de uno de ellos, que nos conminaba a intentarlo pasar bien, y dejando claro que lo bueno de ver una película compuesta de cortos, es que los que gustan se convierten en obras maestras y que si alguno es malo, la tortura siempre termina en menos de cinco minutos... vaya, pues empezábamos con buenos ánimos...
De esta manera The ABCs of Death quiere convertirse en una recopilación terrorífica de todo tipo de historias y estilos en los que la muerte se erige como la gran protagonista. Lo más destacable del proyecto, quizás sería la enorme variedad de técnicas y temas elegidos para acercarse desde multitud de ángulos hasta un final fatídico en todos los casos.

Una imagen de la excelente D is for Dogfight.
Sin embargo, la dimensión de la obra es su mayor enemigo, quedando bien patente desde las primeras historias, una enorme desigualdad creativa, que acaba por ofrecernos algunos cortos muy logrados y de excelente factura técnica, pero donde sobre todo abunda la mediocridad. Personalmente destacaría como el mejor de todos el intenso D is for Dogfight del director Marcel Sarmiento, todo un ejemplo de lo que un corto tiene que ser desde su primer fotograma hasta el final con unas cruentas imágenes de una lucha entre un perro y un hombre en una pelea clandestina, con un final apoteósico y aplaudidísimo.
El más trasgresor y animal de todos, sin ninguna duda ha sido L is for Libido de Timo Tjahjanto, que nos ofrece una historia en el que dos contendientes se ven desnudos en un club elitista que podría recordarnos al reflejado en Eyes wide Shot, donde para disfrute del personal allí presente, se deberán enfrentar atados a unas sillas, a una peculiar pelea para ver quien es capaz de masturbarse y eyacular antes que su rival, pues el perdedor es ejecutado sin piedad para dejar paso a un nuevo participante que se enfrentará al superviviente. Todo ello con la peculiaridad escabrosa (y la gracia del corto y del concurso), de plantarles delante suyo todo tipo de situaciones a cada cual más grotesca y desagradable, con tal de dejarles la líbido por el suelo... desde tullidos jugando con sus prótesis, hasta una escena de pura pederastia que en algunos momentos nos hizo pensar en la polémica que suscitó A serbian film recientemente. Trasgresora, dura, divertida por momentos y dramática en otros, ha sido una de las historias que más habrá quedado grabada en las retinas de todos los presentes.

Empieza el concurso, señores, que gane el más rápido...
Otros notables, como T is for Toilet de Lee Hardcastle, quien demuestra una vez más su gran creatividad y arte usando la técnica del stop motion con figuras de plastelina, donde una familia se tiene que enfrentar a un peligroso retrete decidido a devorarles, dejando un rastro de sangre y vísceras que han arrancado muchas carcajadas. O XXL de Xavier Gens, el responsable de la extrema Frotière(s), que aquí hace una implacable crítica a la omnipresente idealización de la imagen corporal que hay en nuestra sociedad, de la mano de una obesa presionada hasta límites insospechados por culpa de su aspecto. Dura y explícita, como a él le gusta.
También los ha habido divertidos, como N is for Nuptials de Banjong Pisanthanakun, donde un pequeño e inofensivo pájaro va a interponerse entre una pareja a punto de casarse "hablando más de la cuenta", siendo quizás el más simpático, inocente y gracioso de los que hemos podido ver. El irreverente japonés Noburo Iguchi, que con su corto F is for Fart, ha querido desdramatizar un tema tan reciente como fue la fuga de la central nuclear de Fukushima, donde una alumna de instituto, enamorada platónicamente de su profesora, decidirá extasiada preferible morir asfixiada a causa de la inhalación masiva de las flatulencias de su mentora, antes de serlo por la onda radiactiva que está a punto de alcanzarles... sin comentarios acerca de lo que da de sí el imaginario japonés. O el corto que ha abierto el film, A is for Apocalypse de Nacho Vigalondo, una "simpática" filmación del empeño de una esposa para acabar como sea con la vida de su marido antes de que llegue el fin del mundo, que podía haber dado para bastante más.

Nunca habrían dicho que su lavabo se rebelaría contra ellos...
Pero en general, como decíamos, han abundado los que podríamos clasificar desde flojos a incluso realmente malos y faltos de toda gracia. Haciendo que la película en sí se haya hecho larga y pesada, teniéndonos en muchos momentos contando mentalmente cuantas letras nos quedaban pendientes para poder acabar de una vez por todas y salir a recuperarnos para la siguiente.
Una película de la que podríamos salvar, tirando largo, menos de una decena de los cortos que la componen, por lo que si se hubiera quedado en un film de una hora de duración donde se hubiera elegido con criterio los mejores, se podía haber convertido en una obra muy apreciable. Pero con casi 130 minutos, ha sido un auténtico suplicio solo salvable gracias a algunas pinceladas geniales que como oasis encontramos a lo largo de su extenso metraje. En cómputos generales me ha decepcionado, fracasa al no haber encontrado el mínimo equilibrio que se le tiene que pedir a un largometraje y siendo demasiado pretenciosa para lo que acaba dando de sí finalmente.
 


21:00h. Si ayer fue War of arrows la película más distendida que tuve el placer de degustar, hoy también tenía marcada esta interesante película made in Asia para poderme relajar en la butaca del Retiro tras un largo día repleto de cine. Antes de entrar a comentar la película comentar una pequeña curiosidad, se trata del nombre original de la película "Wu Xia" (ya que aquí se le ha dado el título de Dragón), que también hace referencia a un subgénero del cine chino llamado wuxia y que tiene como elementos característicos un escenario histórico, centrarse principalmente en la lucha con espadas, una importante carga melodramática, así como un énfasis en temas relacionados con la amistad, lealtades y como no, traiciones. Un título que todos conocemos y que recoge todos estos elementos es Tigre y Dragón (2000), y la que tratamos hoy también entra en este género, por lo que ya sabéis lo que os espera si os decidís a verla.
La gestación de la película empezó a raíz de una conversación mantenida por Peter Chan (el director aquí) y de Takeshi Kaneshiro (encargado de dar vida al detective Xu Baijiu), donde hablaron de lo mucho que les gusta este género a ambos, por lo que se entiende que decidieran emprender este proyecto para homenajear al género y de paso a uno de los personajes más reconocidos dentro de esas películas de finales de los 60: El espadachín manco, (pero de eso no puedo deciros nada más por miedo a hacer un spoiler en toda regla).

El apacible Liu salvando el pellejo a duras penas.. ¿seguro que es así?
Nos situamos en un pueblecito rural, donde Liu Xinji (Donnie Yen) lleva una tranquila y apacible vida junto a su esposa Tang Wei y sus dos hijos pequeños como humilde trabajador del papel. Un día dos desconocidos entran en una tienda del pueblo mientras él se encuentra arreglando el papel de algunas de las ventanas del negocio, las intenciones de estos dos no son otras que robar a la pareja de ancianos que lleva el negocio. Liu Xinji se abalanza a la desesperada sobre uno de ellos cuando empiezan a atacar a los viejecitos y para desgracia suya, los malhechores resultan ser dos expertos de las artes marciales, por lo que el pobre recibe una soberana paliza en su desigual defensa, pero para sorpresa de todos la fortuna se alía con él y gracias también a la aparente torpeza de sus atacantes, ambos acaban muertos.

El detective Xu Baijiu inspecciona uno de los cadáveres en busca de pistas...
El pueblo recibe la visita de la policía que hace un breve examen de los cuerpos para determinar la causa de la muerte y da por buena la versión facilitada por los testigos, quien aclaman a Liu como un héroe. Pero junto a la policía viaja el detective Xu Baijiu, quien no tiene problema en reconocer la identidad de los cadáveres, correspondientes a expertos luchadores con multitud de cargos a sus espaldas y que han dejado un reguero de muertes por donde han pasado, por lo que se decide a llevar a cabo una minuciosa investigación de los cuerpos para determinar exactamente las causas de la muerte. Así llega al final a la conclusión de que solo un verdadero genio de las artes marciales puede haberlos matado de esa manera.
A partir de este momento se centra en averiguar todo lo posible acerca del modesto Liu Xinji, ya que sospecha que puede tratarse de algún delincuente que se esté escondiendo en ese modesto pueblo, sometiéndole a una estrecha vigilancia, un interrogatorio a todos los que le conocen allí o la escena en la que reconstruyen los hechos del ataque (de largo esta es la mejor de la película con Liu quitándose todo el mérito por haber acabado con ellos, achacándolo a una tremenda fortuna por su parte). ¿Quién es realmente Liu Xinji? ¿Un simple campesino que ha tenido la gran suerte de sobrevivir a una muerte segura o un experto maestro? ¿Y si lo es por qué esconde su identidad?
Pues todas esas preguntas van a quedar sin respuesta por mi parte, pero tampoco hay que ser un entendido en la materia para imaginarse por donde van los tiros.



La película me ha regalado una hora y media entretenidísima con el añadido de una factura del más alto nivel como en las mejores del género, que ha resurgido en la última década con títulos como Tigre y Dragón, Hero, etc..., donde se han tenido en consideración muchos elementos que en la mayoría de películas de bajo presupuesto wuxia se obvian, llegando en los peores casos a baratas producciones llenas de malas coreografías, guiones inexistentes, escenarios pobremente recreados, un vestuario casi de feria y unas actuaciones de risa, que en muchas ocasiones me han hecho desistir a los pocos minutos de empezar a verlas.
Por el contrario aquí se han cuidado mucho todos estos aspectos, la recreación del pueblo es francamente buena con muchos detalles tanto en interiores y exteriores, también podemos ver momentos de la vida cotidiana y algunos rituales como el que representa la llegada a la mayoría de edad de unos cuantos niños, dándole un interés añadido.

Desatado, ya no es momento de disimular...
El vestuario de los habitantes tiene unos tonos apagados y más cercanos a los que realmente vestirían campesinos de esa época que no los trajes coloristas que muchas producciones nos han repetido una y otra vez. La lucha aquí es importante, como no podía ser de otra manera, pero no se abusa de ella ni se convierte en el único punto de interés del film, sino que han sabido darle a la historia el suficiente trasfondo para que en los tramos de la investigación o de diálogos, no las lleguemos a echar en falta. Asimismo la interpretación de los actores principales me ha parecido acertada y se le ha querido dar una mayor presencia a su trabajo, siendo Donnie Yen el que demuestra en esta ocasión que puede servir para algo más que para dar patadas inverosímiles, logrando como en Ip man una actuación más que meritoria.
Gracias a una excelente elección de los parajes naturales donde está rodada y una cuidada fotografía, el colorido y realismo de los distintos planos nos permiten meternos de lleno en la historia como si estuviéramos en la época de la dinastía Qing. Para el final he dejado lo que muchos de vosotros queréis saber, ¿qué hay de la acción? Pues deciros que la hay y de la buena en 3 o 4 momentos de la película, perfectamente dosificados y con unas excelentes coreografías con alguna sorpresa incluida.
Donnie Yen es el responsable en este apartado y hay que darle las gracias por el gran trabajo que ha hecho para dotarlas de una gran fuerza y vistosidad. Para los amantes del manga es posible que encontréis alguna referencia, al menos yo le he encontrado un par. En la escena donde se recrea la lucha dentro de la tienda del pueblo, hay un golpe sacado directamente del manga Hokuto no Ken, donde Kenshiro obligaba a darse un golpe a un rival con su propio puño del mismo modo que en las dos últimas fotografías que añado, y por el otro lado el personaje que se muestra torpe, físicamante nada hábil y que oculta sus perfectas técnicas de lucha para eliminar a sus rivales con golpes que parecen afortunados, yo veo al personaje de Shen de Dragon Ball, cuando Kami Sama toma prestado el cuerpo de un humano para poder enfrentarse a Piccolo en el 23º Tenkaichi. ¿Qué opináis vosotros?
Si tengo que decir algo negativo del film, si acaso mencionaré que tal vez se abusa de las escenas donde se muestra el interior del cuerpo humano para enseñarnos las lesiones creadas por un ataque u otro mediante animación por ordenador, acabando por hacerse repetitivas e innecesarias tras verlas un par de veces. Con todo, esto no es más que un detalle casi sin importancia y que queda diluido por la multitud de aciertos restantes. No lo dudéis y haceros con ella para pasar un buen rato, palabra de cinéfago.

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