viernes, 13 de julio de 2012

ESPECIAL SERIES 2012: RENOVARSE O MORIR... (PARTE II)

Seguimos repasando las series de este 2012 con la segunda parte del artículo: Si saltamos de los Estados Unidos y nos vamos a Europa os destacaría sobretodo series producidas en el Reino Unido, donde no tengo ninguna duda en poner por delante de todas a The Shadow Line, quizás la mejor serie del año y que de forma injusta fue ninguneada e ignorada en la entrega de premios de BAFTA, donde como mínimo merecía llevarse el Premio a Mejor Actor Secundario merced del enorme trabajo de Stephen Rea; en tan solo 8 episodios logra la tensión y desarrollo de una enrevesada trama que muchas otras ni con varias temporadas podrían plasmar en la pantalla, no os la perdáis. Siguiendo con otras dos mini series, quedaros con estos dos títulos Inside Men (4 episodios), donde veremos el plan orquestrado desde dentro para intentar robar el dinero almacenado en un depósito de moneda; y la serie más hiriente y transgresora que he visto este año: Black Mirror, con 3 historias auto-conclusivas, que atacan donde más duele. La primera de ellas pone en jaque al Primer Ministro Británico, obligado a fornicar con un cerdo mientras se televisa en directo, si quiere salvar a la princesa que permanece secuestrada... para que veáis por donde van los tiros. Y para terminar esta parte hacer mención a uno de los grandes éxitos del pasado 2011, la serie americana The Killing que acaba de terminar su segunda temporada, lo que poca gente sabe es que es un remake de la soberbia serie danesa Forbrydelsen, que os recomiendo tengáis en cuenta, un tenso thriller que a lo largo de 20 episodios investiga la muerte de una joven estudiante que aparece brutalmente asesinada, con muchos giros de guión que os tendrán en vilo hasta el final, os lo prometo. La serie danesa ha estrenado una segunda temporada, abriendo otro caso, que aún tengo pendiente para ver. La segunda parte del artículo hace referencia a las series que acaban de tomar el relevo a las que arrancaron en octubre o a principio de año, las mid-season series. Un buen número de propuestas se están empezando a estrenar ahora, como The Newsroom, producida por la HBO, que suele ser lo mismo que hablar de calidad contrastada, y que ha supuesto el retorno de Aaron Sorkin  a la televisión (creador de la elogiada El ala oeste de la Casa Blanca).
La serie nos muestra como escenario de fondo a Will (Jeff Daniels) un presentador que intenta mantener a su equipo al margen de las presiones creadas por los intereses de la Cadena, la gran presión de los anunciantes y multitud de otros factores que van en contra de la libertad creativa de sus trabajadores, la cosa promete, y sigue un poco la linea argumental de otra buena serie británica de este pasado 2011 ya comentada en el blog: The Hour.
También acaba de arrancar la británica The Hollow Crown, mini serie de 4 episodios, que supone la adaptación televisiva de tres obras de Shakespeare  que cuentan parte de la historia medieval de Inglaterra en un discurso sobre política, familia y poder: "Ricardo II", "Enrique IV" y "Enrique V".
Esta producción está enmarcada dentro de una temporada de especiales dedicada al famoso escritor británico, titulada "Shakespeare Unlocked", como una contribución a London 2012.
Y otra de la BBC que se ha estrenado esta semana y que ya tengo marcada es Blackout, de solo 3 episodios, con Cristopher Eccleston  dando vida al concejal Daniel Demoys, un político alcohólico, drogadicto y corrupto con esposa, Alex, y tres hijos. Aunque antes era un hombre idealista, actualmente los estragos de la bebida hacen que Daniel sufra apagones y no recuerde lo que hace en ocasiones... cosa que seguro dará mucho de sí.
Y ahora, centrándome en el título de este artículo, quiero hacer referencia a esa lección que parece que van aprendiendo los responsables de algunas series que han dado un quiebro al rumbo que habían tomado sus producciones, quizás sabedores de que el horno no está para bollos y que unas malas audiencias podrían significar su adiós definitivo. De esta forma, Falling Skies, una serie que el pasado año estuvo en la cuerda floja a punto de ser cancelada, consiguiendo salvarse por los pelos, con los cinco primeros episodios de la segunda temporada, parece que ha corregido en parte los errores del pasado (muy parecidos a los de Terra Nova), es decir, un toque familiar empalagoso, guiones nada arriesgados y muy poca acción. Solo el episodio de su premier por si solo, contiene las suficientes imágenes de los extraterrestres y la acción que tanto se echaba de menos. Espero que esto no se diluya a lo largo de la temporada y mantenga el interés bien alto, porque la historia tiene un buen potencial, eso es innegable, pero hay que echarle leña al fuego desde el principio o la gente abandona sin ningún miramiento.
Otra serie ya veterana es True Blood, una de las propuestas más comerciales de la HBO y que tiene un alto contenido de violencia y sexo, diría que solo superada por Spartacus Vengeance, que por cierto es la serie con más muertos por episodio (25 de media, nada menos) y que ha supuesto una más que decente continuación cargada de testosterona y complots políticos, sabiendo sobreponerse a la muerte del carismático protagonista de la primera temporada, Andy Whitfield  y que después de un arranque algo dubitativo, a partir del espectacular 5º episodio en el circo, ha ido clarisimamente a más y ya se espera con nervios la nueva temporada.
True Blood aprovechó el furor vampírico que parece haberse apoderado del cine y literatura en los últimos años y creó una franquicia con un arranque muy interesante: La declaración pública de una alta dignataria de los vampiros confirmando su existencia, el deseo de poder tener una vida pública entre los humanos y pidiendo los mismos derechos que el resto de ciudadanos. Podríamos decir que su primera temporada fue muy prometedora y que confirmó su buena salud a lo largo de una interesante segunda entrega que enfrentó a los vampiros contra una iglesia de fanáticos religiosos, dando lugar a excelente situaciones.
La tercera ya fue algo irregular, por un lado se mostró la jerarquía vampírica (memorables algunos de los personajes presentados), pero por otro hicieron su aparición los hombres lobo... ¡Ay! Que esto me suena a Crepúsculo... tenemos que dar gracias que no le dieran el tono blandengue y no apto para diabéticos que predomina en esa saga. Y la cuarta temporada fue un poco como ver correr un pollo sin cabeza, pues en algunos momentos parecía que la serie había perdido el norte y sus orígenes, siendo de largo la peor de todas ellas. Afortunadamente el equipo de guionistas parece haberse dado cuenta de ello y como quien no ve la cosa ha arrancado esta 5ª temporada casi empalmándola con la 3ª, repescando algunos de los personajes más carismáticos de anteriores entregas y con un giro sorpresivo inicial que parece que puede dar mucho de sí. Lo dicho, renovarse o morir...
Para acabar este artículo hablar de una de mis series preferidas pero que ya acusa el desgaste por culpa de un exceso de temporadas, hablo de Dexter, que en septiembre arrancará su séptima temporada y teóricamente penúltima temporada. Hace algún tiempo se anunció su final inminente, pero la necesidad ha primado por encima de los factores creativos, y la cadena Showtime, muy escasa de series que estén funcionando, ha decidido exprimir lo máximo posible su gallina de los huevos de oro. De esta manera la serie podríamos decir que fue in crescendo a lo largo de sus primeras temporadas, para llegar al clímax con la espectacular 4ª, enfrentando a Dexter con uno de los serial-killers  más impactantes que hemos podido ver en muchos años, Trinity. Sin embargo y tras el brutal final de esa temporada, su continuación ha ido perdiendo poco a poco fuerza, siendo la temporada pasada la más pobre a nivel creativo, con unos personajes que ya pueden dar poco más de sí mismos después de múltiples giros, cambios y movimientos de roles, por lo que solo espero que igual que parece que han hecho con Falling Skies y True Blood, los guionistas sepan darle el digno final que se merece esta gran producción antes de que sea demasiado tarde. Afortunadamente una serie que por fin ha puesto el punto y final que pedía a gritos desde hace algunas temporadas (principalmente su actor protagonista Hugh Laurie , hastiado ya tras 9 interminables años), ha sido House. Nunca he sido un gran seguidor suyo, pues el esquema típico de los episodios es tan y tan predecible, que con ver 3 o 4 ya lo has visto casi todo, y la historia de fondo de los personajes no la he encontrado lo mínimamente interesante como para aguantarla más allá de un episodio aislado muy de vez en cuando.
Soy consciente que me he dejado muchas en el tintero, algunas de forma consciente (o no acabaríamos nunca), pero otras muchas por puro desconocimiento o simplemente por no haberlas podido ver todavía, por eso o animo a que nos comentéis aquí las que seguís, cuales os gustan o las que no, o si queréis que os recomendemos o comentemos alguna en concreto en el blog, de forma que todos podamos ir descubriendo nuevas opciones con las que matar las horas.
Os cedo la palabra...

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