jueves, 1 de diciembre de 2011

TAMAÑO NATURAL (1973)

Undécimo film de Luis García Berlanga y uno de los más controvertidos de su filmografia (de hecho, está filmado en Francia, entre otros motivos, para evitar las tijeras del franquismo debido a su explícito contenido tórrido). Tiene un clima tan perturbador, que incluso en la actualidad, continua causando ese efecto tan impactante en el público, que se descubre ensimismado y atónito al mismo tiempo durante todo su visionado.
Nos narra las historia de Michel, un dentista de vida acomodada que un día encarga por correo una muñeca de goma tamaño natural. Su vida es satisfactoria en lo superficial; un buen empleo, una mujer muy comprensiva y una estabilidad social más que aceptable.
Michel, de todas formas, descubre en su muñeca (sorprendentemente bien hecha, por cierto) un cúmulo de nuevas sensaciones. Comienza a obsesionarse con ésta, a la que llama de diferentes maneras, hasta el punto de presentarla en sociedad a sus amigos y familiares como su nueva mujer (de hecho, su madre, la prefiere a su verdadera esposa, ya que conversa con ella sin que ésta le rebata nada y además la viste como quiere).
Como si un nuevo mundo lo absorviera, descuida todos los demás aspectos de su vida (no atiende a pacientes, engaña a su mujer...) hasta llegar a importarle únicamente el estar con ella, con la que comparte un perturbador erotismo desenfrenado.
Su relación llegará hasta tal límite que comenzará a caer en extraños celos, pensando que provoca a otros hombres o que incluso le es infiel.
Michel entonces, verá su vida desestructurada sin que nadie comprenda del todo qué razones han sido las causantes de tal encaprichamiento sexual, llevándolo hasta la locura más insensata. Filmará en vídeo su propia boda, momentos de pareja feliz e incluso le regalarán una muñequita como si fuera su hija.
Estoy plenamente convencido de que este film es claramente una alegoría sobre la soledad y la incomunicación en la sociedad, sazonada con un erotismo verdaderamente insólito a la vez que nos muestra una superficial concupiscencia.
El personaje principal (un bárbaro Michel Piccoli, abordando un dificilísimo papel) es del todo increíble, con un obvio desequilibrio mental pero con la necesidad de disfrutar de alguien que, según él, no tiene caprichos, no envejece su piel ni se queja de nada, todo lo contrario a su ya despachada mujer.
La película necesita verse desde un prisma psicológico para comprender sus reflexiones, (insatisfacción personal, soledad, carencias sexuales...) pero resulta además, muy provocador y enigmático en su vertiente erótica, para no sólo suscitar un interés social, sino desatar los deseos más ocultos de todos nosotros.
Con su inseparable Rafael Azcona de nuevo al cargo del guión, logra una de las mejores uniones director-guionista de la historia del cine español. Puedo imaginar que cada uno de los espectadores interpretará su enajenación de un modo bien distinto. Habrá personas que opinarán que Michel ha encontrado una vía de escape inofensiva a su monótona vida diaria o quién defienda que su desequilibrio es tan enfermizo que necesita ayuda psicológica (aunque en eso quizás estemos todos de acuerdo). Pese a quién pese, se trata de un ejercicio fílmico notable con suficientes razones para devorarla, ya que no creo que deje indiferente a nadie, y eso tiene mucho valor cinematográfico.
Poder seguir la evolución de un personaje tan peculiar y experimentar sus imposibles andaduras amorosas es especialmente sugerente, y del todo empático, si se me permite el eufemismo.
Una historia muy similar, que por reciente, me viene a la cabeza, es la versión nipona de "casi" el mismo relato, con el título de Air Doll y un planteamiento más sosegado (culturalmente adaptado al cine japonés, claro) pero que venía a explicar una obsesiva psicología hacia una muñeca también, aunque esa era hinchable y cobraba vida restándole protagonismo al dueño.
En definitiva, una película muy bien realizada desde una perspectiva nada manida, totalmente infravalorada y digna de una recuperación inmediata. Necesita salir de la penumbra cinematográfica para convertirse en un clásico Berlanguiano cuanto antes, si no lo es ya para muchos.


3 comentarios:

  1. Interesante, siempre me han atraido este tipo de personajes algo enajenados y con un comportamiento extraño. A mí también me recuerda a la genial "Lars y una chica de verdad", aunque en esa el tema sexual queda totalmente solapado (producción americana...) pero el resto casi es igual, expresando la incomunicación, soledad, tristeza de un Lars que solo encuentra su bienestar junto a su muñeca.

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  2. Si, recuerdo "Lars" y es similar en su historia. Tamaño natural, quizás, es más incómoda de ver que aquella debido a su parco humor, tan solo apreciable si disfrutas con un toque de ironia y surrealismo, porque no hay chistes ni distracciones. Igualmente, Lars estuvo realmente bien, la disfruté también.

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  3. Hoy hemos visto el capítulo 17 de la octava temporada de House, y es un claro homenaje a este film. Ingresa un paciente con una novia de plástico y un problema derivado de su material....vamos, un Piccoli en potencia. Hacen clara mención al film e incluso llegan a decir que es la película favorita de una médico del equipo..., un recurso cinéfilo a subrayar....

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