lunes, 15 de agosto de 2011

KURO-OBI (BLACK BELT) (2007)

Fabulosa película sobre el mundo del Karate y su verdadero significado, no ya como una manera de luchar del Japón ancestral, si no como el maravilloso arte que representa y los milenarios valores que defiende.
Nos situamos en un dojo de principios de los años 30, donde un sensei enseña a sus 3 pupilos los conocimientos que ha ido adquiriendo y perfeccionando a lo largo de los años en dicha disciplina marcial.
Giryu es un noble aprendiz que demuestra aptitudes y conocimientos suficientes como para que el maestro le honre con su cinturón negro, pero junto a Taikan, el pupilo más fuerte e indisciplinado, el viejo sensei les mostrará que aún deben alcanzar su madurez interior para merecerlo. La llegada de las tropas militares para adueñarse del dojo, ocasionará varios problemas que irán destapando la verdadera naturaleza de cada individuo. Mientras Choei (el más débil), es herido por poseer mediocres capacidades, Taikan alardeará de su imparable marcialidad saltándose las enseñanzas de su mentor.
Giryu a su vez, demuestra que tan sólo con la defensa es capaz de reducir al oponente, y que las enseñanzas del sensei han sido bien entendidas. Minutos antes de fallecer, el maestro delega a Choei (que demostró una entereza descomunal al considerarse a sí mismo un pupilo mediocre), el cinturón negro y el testigo para escoger al digno poseedor de esa tela, que lo significa todo para ellos. Los caminos que toman a raíz de ahí son muy diferentes.
Taikan entrena a las tropas militares y recorre los dojos para enfrentarse a los maestros del país en su personal búsqueda de contrincantes poderosos. Giryu es acogido por una familia pobre y aprenderá de los lazos tan fuertes que les unen, y Choei seguirá de cerca las andaduras del desbocado Taikan, que tanto daño está causando. La formalidad del producto es elogiable, sin ápice de sentido del espectáculo propio de cintas de artes marciales, y tomándose muy en serio a sí misma, como si de una lección vital se tratara. Las luchas resaltan por su belleza artística y su contundente realismo, dignas de verdaderos maestros de Karate (el trío protagonista son auténticos senseis, sin experiencia interpretativa destacable). Tanto los enfrentamientos en el dojo al principio (impresionante escena) como la agónica pelea final (en un poético blanco y negro) son claros ejemplos de la profesionalidad y sobriedad del compendio, riguroso y sustentado por profesionales de la lucha tan espléndidos como entregados.
La citada escena final parece palidecer verdaderamente al público presente, como si estuviesen viendo a maestros ancestrales en el arte del verdadero Karate, sin dobles ni saltos imposibles, tan sólo 2 hombres frente a frente en una lucha de sorprendente realismo.
Su mensaje es formidable, ejemplarizado con momentos sumamente elegantes y destapando dos trayectorias humanas tan opuestas que se llegan a atraer, filosóficamente impecable.
No destaca ni por su banda sonora ni por su belleza de escenarios, únicamente se centra en focalizar los deseos internos del ser humano y el resultado de sus miedos, desde dos puntos de vista bien distintos. Taikan debe comprender que el ataque en el Karate no lleva a la victoria personal y Giryu no entenderá su verdadera naturaleza hasta que algo no le haga sentir la necesidad de defenderlo. Ofrece un visionado delicioso, austero y ralentizado, digno del pulso cinematográfico de los nipones. Hemos visto muchísimas versiones sobre las artes marciales en cine, pero Kuro-Obi me ha conseguido convencer como pocas, desde su inocente premisa hasta su desenlace de ética milenaria.
Sus aspectos menos cuidados (localizaciones, fotografía o meramente interpretativos) se equilibran con la citada rigurosidad de la que hace gala, dejando momentos para el recuerdo y luchas muy bien dibujadas, con un planteamiento sobresaliente que dignifican -y de qué manera- esta cinta japonesa.
Altamente recomendable para los amantes del cine de artes marciales en general, pero también captará la atención de cualquier cinéfago que se precie con un mínimo de sensibilidad hacia estos asuntos tan orientales como son el honor, la disciplina o el orgullo.
Una lástima que aún siendo una cinta del ya lejano 2007, no haya habido intención de rescatarla para una edición en DVD en nuestro país, lo que considero un error garrafal (visto los estrenos que inundan los estantes de las tiendas).

2 comentarios:

  1. Leyéndola me han venido dos cosas a la cabeza, la primera ganas de verla, ya que cuesta encontrar pelis de artes marciales realistas y que no se lancen a teatralizar demasiado las luchas (tipo Tigre y dragón), y la segunda una sensación de dejà vu bastante importante. Creo que ha tomado bastante de la premisa de Hokuto no Ken en la parte del dojo donde aprenden el arte marcial del maestro. Allí son 3 los alumnos: Rao (con una fuerza descomunal), Toki (el más sereno y que sigue las directrices de su maestro) y el más joven y débil de todos ellos, Ken, sobre quien finalmente recaerá el peso de ser el heredero. A partir de entonces los 3 tomarán caminos bien diferentes, Rao en su continua lucha destrozando a todo rival que se le cruce en su camino, Toki viviendo con los más necesitados y pobres para ayudarles y Ken que deberá pararle los pies a Rao... vaya, pero si casi es clavado al argumento de Kuro-Obi, ¿no? En fin, hoy en día casi todo son "homenajes" o remakes, pero al menos si están bien hechos, se merecen nuestra atención.

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  2. Pues desconocía esa semejanza con Hokuto No Ken, pero todo encaja. Tal vez beban de fuentes similares y la historia se remonte a mucho antes....en todo caso, funciona bien como film y destaca por apartarse del cúmulo de cintas "idénticas" que hay en el mercado.

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