viernes, 15 de abril de 2011

A SERBIAN FILM (2010)

La polémica suscitada por este film en todos los festivales que ha sido exhibida es un inesperado regalo de márketing para su atónito director, Srdjan Spasojevic, que narra en esta cinta  un argumento tan vacio como escabroso de, según él, la actual realidad serbia.
Milo es un actor porno retirado con problemas económicos que a través de una ex-compañera de oficio, acepta un turbio trabajo en una nueva película experimental que será su pesadilla tanto para él como para su malograda família. El director del comentado proyecto fílmico pretende llevar al extremo el mundo del sexo y para eso toca temas jamás planteados por su crudeza e inhumanidad.
El efecto que provoca esta película durante su primera hora es de telefilme, con una serie de secuencias de cómo el pobre Milo está ya decadente y vislumbra un poco de luz ante una, a priori, espléndida suma que percibirá por su participación en este experimento pornográfico.
El último tramo de película ya empieza a complicarse, poniendo a prueba la capacidad del espectador para aguantar hasta aquí o seguir más adelante....(momento "newborn porn", espeluznante para el ojo menos entrenado en esto del cine bruto)  o algún jugueteo con cimitarras, violaciones, palizas o asesinatos (nada que no hayamos visto ya en Hostel o en La matanza de Texas allá por los 70).

Hurgando más en su desenlace final, Srdjan nos tortura con algo de pedofilia (involuntaria y menos controvertida de lo que cabria esperar), sangre y más sangre aderezada con secuencias gratuitas de brutalidad y un contenido zafio de discutible interés.
Además, el final me pareció deplorable y estúpido, que después de vivir esta experiencia, prefiero no desvelar por si alguna persona con carencia de sentido común como un servidor, decide ponerse a verla.

Secuencias subiditas de tono cada 5 minutos
No será por mi recomendación, de eso estoy convencido.
Que provocara denuncias y un posible encarcelamiento para el director del festival de Sitges este pasado 2010 por proyectarla me parece injustísimo, ya que no es ni más ni menos que el resto de cintas extremas que se pasan en muchos festivales mundiales, además se le nota un tono de propia denuncia al asqueroso mundo del que nos habla. No se le puede considerar pornografia infantil ni de lejos, y deja mucho que desear de los organismos oficiales responsables de tal decisión.
Desde aqui, apoyamos a Ángel Sala y al festival internacional de cine fantástico de Sitges.

2 comentarios:

  1. Sólo decir que me uno al apoyo del Sr. Ángel Sala y sus decisiones. Sin duda alguna son denuncias con un trasfondo publicitario.
    También comentar que, en mi humilde opinión, resulta ilógico filmar esdenas relativamente crudas y un sinfín de mujeres desnudas y depués utilizar penes de plástico. Será que estamos capacitados para ver una violación pero no para que nos enseñen penes reales en acción. Curiosidades servias.

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  2. O también puede ser que ese pene tenga que ser tan exagerado que como no venga el Sr. Vidal sea imposible lograr de otra manera.
    De todas formas, parece que no bastaba con enseñar el DNI antes de entrar en las sesiones, y que la propia gente salia indignada del cine...algo totalmente estúpido, de verdad.

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